viernes, 20 de noviembre de 2009

Superando crisis laboral


Yelitza Martínez, es una joven de 23 años que acaba de graduarse en Administración y Contaduría en una universidad de Ciudad Guayana y desde hace un año de haber obtenido su título como profesional que se encuentra tocando puertas en cuanta empresa le han recomendado para laborar pero todavía sigue esperando esa llamada que todo recién graduado espera, esa en la que le dicen que obtuvieron el puesto.

" Ha sido un año de larga espera en la que no me he podido dar el lujo de sentarme a esperar, sino que he tenido que buscar las maneras de salir adelante para mantenerme".

Ella representa a muchos jóvenes venezolanos recién graduados que se ha visto en la necesidad de "rebuscarse" por la difícil situación que resulta hoy en día conseguir un empleo que esté relacionado con la profesión por la que tanto soñaron y se esforzaron en la universidad.

Fernando Otero, sustenta este dato explicando que también tuvo que pasar por esa situación, luego de haber obtenido el título universitario en Ingniería Informática. "Estuve alrededor de año y medio dedicado a las ventas de equipos de sonido para carros mientras metía currículos en alguna empresa que necesitara un ingeniero en informática, pero nada", asegura el joven guayanés de 26.

Otero ilustra que luego de haber esperado tanto simplemente desistió, dedicándose en horario completo a sus propios negocios de venta de diferentes artículos, productos. "Hasta ahora no me ha ido tan mal, pero uno cuando se gradúa espera ejercer la carrera que uno escoge de hecho varios de los que estudiaron conmigo no están ejerciendo sino que unos están dando clases en liceos, universidades, otros tuvieron que ponerse a taxear, osea la cosa no está fácil".

Y es que no hace falta ser analista para saber cuánto ha aumentado el comercio informal, basta con salir a dar una vuelta para ver la cantidad de puestos, negocios, tarantines que rodean la ciudad.

Recientemente en la Universidad Católica Andrés Bello de Guayana, se realizó el evento Ucabistas emprendedores, en el que los estudiantes de esta casa de estudios, a través de bazares, exponían cosas que ellos habían estado realizando como hobby convertidas en excelentes y hermosas creaciones, desde bisutería hasta artículos para vestir, además que los asistentes también podían degustarse de muy deliciosos platos de la gastronomía nacional e internacional, y todo a precios racionales.

Una muestra, quizás de que estos jóvenes conscientes o inconscientemente, ya se están preparando a ese futuro incierto que les espera luego de culminar la universidad, o por lo menos ya van asegurando ese futuro.

Un hecho que además demuestra lo creativos que pueden ser los venezolanos ingeniándoselas de diferentes maneras para llevar un sustento a sus hogares y de sobrevivir a esto que algunos se dieron la tarea de llamar crisis de empleo.

Yaneth González, de 32 años, está dedicada al negocio de la belleza y la estética, decidió tomar este camino una vez que se dio cuenta de que las puertas en la ingeniería eléctrica, no estaban abiertas para ella. "Mi tía tiene una peluquería en la que, si se puede decir, le va bien y entonces un día sin más ni más me puse a hcer mis cursitos de maquillaje, de peluquería y me puse a trabajar con ella y la verdad es que no me ha ido tan mal".

Son precisamente esos cursitos a los que muchos venezolanos han tenido que acudir para defenderse en el plano laboral, algunos aseguran les van muy bien. Cada día se hace más grande el número de personas dedicadas al mercado de la belleza, decoración, manualidades, comidas, pastelería, e infinidades de actividades que pueden dicho a lo buen venezolano, "salvar la patria".



Imágen obtenida de http://bloggers-emprendedores.ning.com/

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